Simon Cowell, creador de Britain's got talent, el programa que lanzó a la fama a la escocesa Susan Boyle, pasó de ser un exitoso ejecutivo de sello discográfico a establecerse como un popular, pero muchas veces odiado jurado de concursos al estilo de American idol.
Aunque el paso más importante lo dio al crear sus propios formatos. Así llegó, en 2007, a Britain's got talent, que consolidó su estatus como rey Midas televisivo.
El espacio, que el sábado fue visto por 19 millones de ingleses, en la final que perdió Boyle, es una versión del estadounidense America's got talent. Eso sí, la nueva franquicia tenía dos novedades: se aceptaban todo tipo de talentos y los participantes son evaluados en constantes audiciones al aire.
De esta manera, en dos años de vida ha descubierto a estrellas como el tenor Paul Potts, que ganó la primera temporada, y Susan Boyle -que ahora negocia un contrato con el sello de Cowel, Syco. Además, la producción cuenta con 20 versiones en el mundo y es uno de los formatos de más rápido crecimiento del último tiempo.
Cowell también ideó el concurso de canto The X factor, donde lanzó a la fama a Leona Lewis, y American inventor, además de las distintas encarnaciones de Got talent.
Claro que el ojo del inglés de 49 años no ha sido infalible, porque en su momento el productor desechó artistas como Spice Girls y Take That.
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